El Joven Román: el relator de esports que convirtió un sueño frustrado en una realidad – infobae

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Por
Dalcru
Al igual que en un partido de fútbol el relator transmite las pasiones a quienes lo ven desde sus casas, un bar o escuchando la radio en la cancha, en los esports sucede lo mismo con los casters. Son quienes están siempre en las transmisiones y narran y explican cada jugada que pasa en la pantalla. Muchos tienen la versatilidad para adaptarse a distintos juegos y son quienes tienen la responsabilidad de entretener a la audiencia y de hacerles sentir algo más. Ese es el caso de Nahuel Román Fernández Wenzin, más conocido por muchos como El Jovén Román, que castea la Liga Master Flow de League of Legends en la transmisión oficial.
Tiene 24 años, es de Villa Crespo en la ciudad de Buenos Aires y su relación con los videojuegos se remonta a su niñez. Siendo el menor de tres hermanos solía jugar a las consolas que tenían ellos, y desde chico le agarró el gustito. “Fue muy loco porque yo a mis papás no les que pedía que compraran las consolas. Las tenía porque ya tenía dos hermanos y yo me llevaba 11 y 12 años con ellos. Ya se las habían comprado a ellos hace mucho tiempo. Era mi forma principal de entretenerme y me permitió compartir mucho con mis hermanos, con la diferencia de edad y todo podíamos compartir igual con los juegos porque disfrutábamos los tres”, nos contó.
A partir de la season tres comenzó a jugar League of Legends y pasó de relatar partidas de sus amigos a verlo como una pasión, pero a su vez como algo inalcanzable para la época: “Para mí siempre iba a ser un sueño frustrado. Lo tenía como un sueño porque a mí me gustaba mucho Ibai. Me gustaba mucho cómo casteaba, cómo hacía las cosas, cómo se presentaba ante el público. Fue como ‘me encantaría poder hacer eso pero no puedo’. La idea de castear nunca estuvo presente como algo que iba a poder ser una realidad para mí. También me costó acostumbrarme y aprender a castear bien. Eventualmente, gracias a que tuve regularidad de trabajo y pude castear seguido, pude mejorar el nivel, pero en realidad no era algo que yo hacía”.
Su primera oportunidad llegó en el Baires Esports Center, un microestadio ubicado cerca de su barrio que entre 2018 y 2020 albergó varios certámenes presenciales. Fue justamente durante la watch party que organizaron para ver la final de Worlds 2018, que definía el Mundial de LoL, que tuvo su estreno. Lo hizo junto a Lisandro “Lyssan” Mori, a quien conoció ese día y que luego se convertiría en su colega y compañero: “Cuando terminó la final de Invictus y Fnatic hicieron un shwomatch entre la gente del público, y Licha le pregunta a uno de los dueños ‘che, ¿podemos subir a castear?’. Y me preguntó si yo casteaba. Le dije que sí y subimos a castear. Y ahí arrancaron nuestras carreras”. En Baires no solo casteaba con Lyssan y Lucius Hellsing, sino que también integraba Pan Duro Esports, un magazine con información y entrevistas, donde fue forjando sus primeros pasos y sus primeras experiencias en el rubro.
— Te ayudó mucho Baires en su momento, ¿no?
Baires sponsoreaba lo que hacía yo como PanDuro. ¿Necesitaba un lugar para grabar? Baires ¿Necesitaba un trípode para grabar? Baires ¿Necesitaba un micrófono? Baires. Todo lo que yo necesitaba me lo sponsoreaba el Baires y hasta el día de hoy le agradezco a Alan Polo por haberme dado tantas herramientas en una época tan temprana de mi carrera.
— ¿Cómo se aprende a castear?
— Casteando.
— ¿Tenías algún referente?
— Yo ya era caster y aprendía mucho de Nachittus porque él y yo teníamos tonos similares y me gustaba mucho cómo variaba los tonos él. Después de afuera también Captain Flowers e Ibai, obvio. Eran casters que me influenciaron cuando yo arranqué. Y de hecho en mis primeros casteos yo parecía que estaba casteando como Ibai prácticamente. Era una copia. Pero es natural que te puede pasar eso. Es entender que estás imitando al otro porque es lo único que sabés. De ahí de a poquito empecé sacando mi propio estilo. Es muy difícil perfeccionar el casteo porque es algo que constantemente estás mejorando. A mí me ayudó mucho encontrar mi voz y cómo me gusta hablar a mí, qué chistes me gusta hacer, cómo quiero mencionar mis análisis y mis jugadas. Y de a poco fui formando mi identidad como caster, que eso es lo más jodido para hacer, sobre todo si no tenés regularidad. Lo mío fue práctica, escuchar mis casteos, afianzar mi relación con mi dúo, con LadyMufa porque eso nos ayudó los dos a estar más sueltos, y soltarse…
— Vos soles postear mucho en redes algunas metas que cumplís. Como tu primer casteo, tu primer sueldo, tu primera final… Es como que vas dejando un registro de lo que vas consiguiendo.
También es una manera de recordarme a mí mismo que estoy haciendo las cosas bien y que logré muchas cosas. Yo sufro mucho de ansiedad y de depresión, y a la primera vez que cometo un error o hago algo mal me empiezo a autocastigar. Estoy haciendo todo mal, me voy a quedar sin laburo, etc. Y tener eso en un lugar fijo que diga “hiciste esto, hiciste lo otro…”. Y a veces ni me daba cuenta que estaba posteando. Y después digo: “Fua, ese momento fue increíble para mí”. Por ejemplo, la vez que me solté el pelo con Savage. Yo no lo había pensado como que había hecho algo importante… A mí no me gustaba la idea de ser movilero y ese día tenía que serlo, pero sí me gustó lo que hice. Estaba en un momento en el que estaba muy triste y no quería estar ahí trabajando y sin embargo pude hacer eso, que es como un hito, que es algo piola que hice. Para recordarme que podés mandártela y tener errores pero también sabés hacer las cosas muy bien, y eso es algo vital. Es un momento donde uno se valora a sí mismo. Si no te valorás a vos no sabés en qué estado estás y te castigás de más muchas veces, que eso me pasaba.
— Es como que las cosas malas siempre las marcan. Si te equivocás vas a tener a alguien ahí que te lo está diciendo. Pero si hacés algo bien capaz que no, y capaz que si vos mismo no lo pensás, pasa desapercibido.
— Sí. Uno tiene que ser su propio fangirl y subirse fancams de uno mismo, las fotos que uno le gustan. Ver tus fotos y decir: “¡Qué fachero que soy la puta madre!”. Porque si uno no lo hace por uno mismo, quizás nunca haya alguien que lo haga por vos. Hay que aprender a quererse a uno en ese tipo de cosas.
— Recién tocaste un tema que para muchos es tabú o delicado: la ansiedad, la depresión y cómo superar esas cosas. En algún punto vos llegaste a postearlo y contaste que ir a la psicóloga te ayudó mucho.
— Tuve la suerte de tener el sustento económico para pagar una psicóloga y llegar a fin de mes, que es algo que quizás mucha gente no puede hacer o que no tiene obra social. Pero a mí me ayudó muchísimo a entender cómo funciono yo, me dio herramientas para lidiar con mi ansiedad y mi depresión. Y yo lo digo muy para afuera porque siento que a veces es medio tabú hablar de que vas al psicólogo y que está bueno. Yo cuando hablo de esas cosas es para que la gente vea que es recontra re normal. A mi me ayudó a lidiar y ahora tengo formas más sanas de hacerlo. A veces uno lidia pidiendo dos combos de hamburguesas y creyendo que está todo bien o alcoholizándose, que es algo que no sirve al cuerpo. Y también a entender qué me está pasando y por qué. Y cuando a mí me agarró un ataque de ansiedad no entendía qué me estaba pasando y me cagué en las patas. Estoy temblando sentado y no sé por qué.
— Este año te tocó relatar tu primera final de LVP donde EBRO se consagró campeón. ¿Cómo viviste esa campaña?
— Queda medio vende humo decir cada split que la liga mejora. Pero cada split la liga mejora, ¿qué querés que te diga? Es la realidad. Y la historia de EBRO es una historia muy linda. Ser un equipo que nunca había llegado a playoffs, armarse un nuevo roster que muchos no lo ponían en Tier S. Fue una historia muy linda porque hablando con los jugadores y todo para ellos este split era una redención. Y yo hablando con QFa que lo conozco, y era su primera vez como head coach era un momento único. Luego de haber perdido finales con Savage y haberse quedado sin trabajo por todo lo que pasó con Savage (cesó sus actividades) a entrar a EBRO a casi último momento a armar un equipo con los jugadores que tenía y llegar a la final ya era un montón. Haber salido campeón es una locura, y me pone muy contento por lo humano en EBRO. Porque son mucha gente que conozco y sé que esto significaba mucho para ellos. Ver cómo mejora el equipo semana a semana es algo muy único que solo podés experimentarlo siguiendo sí o sí religiosamente la liga o en mi caso casteándola semana a semana porque no me pierdo nada. En una primera partida ves un error y en la otra no y decías “Fua, mejoró, ojo con esto”. Y tenés que ir actualizando tu cerebro de que el equipo es mejor de lo que pensabas inicialmente.
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