China continúa haciendo bloqueos a los productos extranjeros, en especial videojuegos, y esta vez, es Tencent, la gigante compañía, que se verá en la obligación de cerrar un servicio que utilizaban los jugadores chinos para poder jugar títulos provenientes de otros países.
China ha establecido una ley que solo permite a los usuarios poder acceder a videojuegos que sean aprobados por el gobierno, prohibiendo títulos extranjeros de servidores fuera del país asiático. Huelga decir que, no es que los juegos fuera de China estén bloqueados, pero los servicios locales de internet limitan la velocidad de descarga con estos títulos, así como no poder jugar apropiadamente debido al lag.
Tencent había lanzado una alternativa para ello a través de un servicio donde los usuarios podían descargar sin problemas varios videojuegos. De acuerdo a un reporte de Reuters, varios jugadores aprovechaban esta alternativa para poder jugar títulos extranjeros que no habían sido aprobados por el gobierno como Grand Theft Auto o Animal Crossing de Nintendo.
El portal señala además que este servicio con el tiempo se había convertido en un lugar donde los desarrolladores conseguían un mayor número de usuario. «Es difícil ser gamer en China» ha señalado un usuario a través de Weibo, la famosa red social china que tiene similitudes con Facebook.
El gobierno chino le ha puesto limites a la industria del streamer después de confirmarse que los creadores de contenido solo podrán recibir hasta 1.570 dólares diarios, con el fin de prevenir de que los jóvenes no tengan la necesidad de hacer donaciones seguidas, ya que representa un «peligro» para la sociedad ver cómo los influencers ganan mucho dinero.
China puso en la mira a los creadores de contenido después de que saliera a la luz varios casos de personas, quienes habían encontrado en las transmisiones una forma de evadir impuestos. Dos influencers populares de China como Viya y Zhu Chenhui, tuvieron que cerrar sus redes sociales después de ser acusados de dicho delito.
La industria del streaming en el país puede llegar a 30.000 millones de dólares al año, según un reporte de Wall Street Journal. Los usuarios chinos ocupan el 70% de la red en el país para ver transmisiones, lo que da un total de 700 millones de personas.
