Con 690 millones de jugadores repartidos en 80 países y más de ocho millones de jugadores simultáneos, la franquicia Crossfire es todo un referente en el panorama del FPS en línea. Sin dejar de crecer desde 2007, es el turno ahora para Crossfire: Legion, un RTS ambientado en este mismo universo que llegará pronto a PC. Lo hemos jugado y te contamos todo lo que necesitas saber en nuestras impresiones.
En los últimos tiempos la franquicia Crossfire ha empezado a sonar con fuerza en nuestro país gracias, sobre todo, a Crossfire X. Una adaptación para Xbox del aclamado juego de disparos en primera persona que cautiva a un enorme número de usuarios en Asia. La mayor novedad presente en esta versión es la incorporación de un nuevo modo de campaña inédito para el que el desarrollador surcoreano Smilegate ha contado con la colaboración de Remedy Entertainment. Los padres Alan Wake o Control son unos auténticos expertos a la hora de crear historias interesantes para sus juegos, por lo que el lanzamiento de este título el próximo 10 de febrero es uno de los eventos más esperados de este comienzo de año.
Sin embargo, Crossfire no se conforma solo con esto. Buena muestra de ello es la serie de televisión china inspirada en su universo que aglutina la friolera de 1.800 millones de descargas. Una buena forma de decir que los enfrentamientos futuristas entre las facciones de Global Risk y Blacklist interesan, y mucho, a un buen número de usuarios. Si bien las comparaciones siempre son odiosas, los movimientos alrededor de Crossfire recuerdan a la estrategia que está siguiendo Riot para expandir la marca y el universo de League of Legends más allá del MOBA.
Con todo esto en cuenta, el pasado verano se produjo la presentación del nuevo sello de distribución propiedad de Koch Media, Prime Matter. En aquel evento se incluyó de una manera muy fugaz el nombre de un nuevo RTS, Crossfire: Legion. Pronto supimos que se trataba del mismo universo, y que efectivamente Smilegate buscaba hacer crecer su franquicia más allá del FPS multijugador, pero no de cualquier manera. De la misma forma que han hecho con Crossfire X, para este nuevo título de estrategia decidieron buscar un estudio con suficiente experiencia en el género como para crear un título lo suficientemente redondo que cumpliera con los parámetros de calidad que su amplia comunidad exige. Los elegidos fueron Blackbird Interactive, un nombre que puede que no te diga nada en primera instancia, pero que seguro que levanta tu curiosidad al saber que es el estudio a cargo del próximo Homeworld 3 o que cuenta entre sus filas con nombres tan destacables como Rob Cunningham o Aaron Kambeitz, algunos de los fundadores del reputado estudio Relic Entertainment (Company of Heroes, Age of Empires IV).
Si eres amante de los RTS de inspiración clásica seguro que ardes en deseos de conocer más. Los autores de Crossfire: Legion quieren consolidar un desarrollo cien por cien fiable basándose, ante todo, en la comunicación y el apoyo de la comunidad. Por este motivo, el título llegará en abril en modalidad de acceso anticipado a PC.
Entre tanto, durante estos meses se irán incorporando nuevos elementos al test técnico que hemos podido jugar y que tan solo ha constado de partidas multijugador 1v1 y 3v3. Los planes son desvelar la tercera facción del juego junto con la publicación de una demo abierta en Steam, así como incorporar nuevos mapas durante el mes de febrero y aprovechar marzo para inducir el modo ranked. Todo esto mientras se acaban de perfilar otros tantos modos de juego distintos entre los que cabe destacar su campaña para un solo jugador, pero eso es todavía una promesa que espero que llegué más pronto que tarde durante su fase de acceso anticipado, así como más líderes y un mayor número de unidades.
Entrando ya en materia sobre lo que he tenido delante durante estos días de test, he podido controlar a dos de las tres facciones con las que contará el título: Blacklist y Global Risk. El sistema y objetivo del juego en ambos modos se basa en controlar áreas específicas del mapa en las que están presentes los dos únicos recursos a los que atender: los materiales y el combustible. La extracción de estos depende de la creación de depósitos logísticos cercanos, por lo que, a diferencia de otros juegos como el ya mencionado Company of Heroes, no bastará con hacernos con el control de la fuente de recursos, sino que habrá que vigilar fervientemente que nuestros almacenes cercanos no sean destruidos acabando con el flujo de materiales a través de los que nuestros trabajadores irán creando nuevos edificios de los que obtendremos a nuestras unidades en el campo de batalla, así como diversas mejoras de nivel.
Esta primera toma de contacto me ha dejado sensaciones muy reconocibles dentro del géneroDurante este test se nos han presentado hasta ocho estructuras en total que guardan cierta simetría entre ambos bandos contando, eso sí, con algunas particularidades para cada facción que, a su vez, cuentan por el momento con un total de siete unidades distintas repartidas en tres clases como infantería, tanques y aéreas. Lo cierto es que esta primera toma de contacto me ha dejado sensaciones muy reconocibles dentro del género. Al final, y a pesar de que a través de la mejora de unidades o al aumentar el nivel de las estructuras se acaba teniendo un amplio abanico de posibilidades de ataques especiales con cada una de las distintas piezas, la experiencia se presta a tácticas blitz basadas en hostigar al rival desde el comienzo impidiéndole asentarse en el mapa o producir recursos con comodidad.
He podido probar dos mapas distintos, uno más dedicado al modo 1v1 y otro con iluminación nocturna y mayores dimensiones más apto para las refriegas 3v3. Además del ya comentado sistema de extracción de recursos. Existen ciertos puntos calientes a los que atender durante las partidas. Estos lugares permiten que las tropas, tanques o vehículos aéreos que se encuentren dentro de su zona de efecto restauren sus puntos de salud paulatinamente. Obviamente, controlarlos desde el comienzo supone un gran ahorro de recursos que pueden ser destinados a subir nuestro nivel y mejorar las unidades dándonos una ventaja estratégica esencial durante la partida
En Crossfire: Legion existirá más de un foco al que atender simultáneamente, por lo que las partidas adquieren un punto vibrante y enérgico que las hacen muy entretenidas, especialmente al enfrentarse a otro jugador. A pesar de la simetría existente entre los ejércitos y habiendo notado que las unidades aéreas se encuentran en este momento un tanto desbalanceadas y pueden acabar convirtiéndose en un gran peso que decante la balanza a tu favor, Crossfire: Legion da al jugador un par de ases en la manga gracias a sus líderes.
Estos comandantes nos dan la facultad de ejecutar órdenes especiales que hacen las veces de ultimate con un tiempo de refresco. Por ejemplo, en el caso del líder de Global Risk (llamado Cardinal), tiene habilidades que le permiten ejecutar un ataque de artillería intenso en un radio de efecto determinado o crear un área concreta en la que sus unidades tengan un bonus de eficiencia. Con Blacklist, su líder Phoenix cuenta con tácticas muy distintas, pudiendo sanar a unidades cercanas o utilizar perfiles de sigilo con los que infiltrar tropas tras las líneas enemigas. Estos rasgos pueden llegar a marcar una gran diferencia de una partida a otra, tanto en lo referente a la potencia militar, como en tu estilo de juego, por lo que merece la pena estar muy atentos a la llegada de nuevos líderes en el futuro.
Me ha convencido, gustado y, sobre todo, divertidoEl título se encuentra aún pleno desarrollo, por lo que comentar algunos errores de IA enemiga y aliada no sería del todo justo, más si cabe teniendo en cuenta que no son especialmente sangrantes, siendo lo más grave algunos fallos en la obtención de rutas de nuestros trabajadores los cuales pueden pasearse más de lo debido. No obstante, el título ha corrido sin problemas de rendimiento en mi PC, destacando la precisión por el detalle en lo estético que permite acercar la cámara a pie de campo, así como la utilización de una paleta de colores muy viva que hace que el título sea muy atractivo en todo momento.
Creo que es demasiado pronto para sacar ningún tipo de conclusión acerca de Crossfire: Legion, pero lo que he podido jugar me ha convencido, gustado y, sobre todo, divertido. Hay que seguir muy atentos al devenir de su desarrollo, ya que puede que sea una de las sorpresas del año dentro del género de la estrategia en tiempo real.
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