Detective Pikachu se trata de la primera película live action de la famosa franquicia Pokémon, que dejó encantados a fans y no tan fans del universo de los monstruos de bolsillo.

Tim y Pikachu

En una época donde Netflix produce adaptaciones live action que dejan mucho que desear y donde las películas basadas en videojuegos no son un gran atractivo ni fuerte de la industria, el largometraje dirigido por Rob Letterman logra dejar un buen sabor de lo que puede ser la base para futuras producciones de películas con la misma temática.

Es de vital importancia que Letterman haya pedido una historia diferente a la del protagonista del anime, Ash Ketchum, ya que, en mi opinión. No es un anime que resalte por su gran historia y mucho menos por sus personajes. También esto permite que la libertad a la hora de elaborar una historia sea bastante amplia.

El guión quedó a cargo de Nicole Perlman, conocida por su trabajo en Guardianes de la Galaxia, aunque originalmente no fuera así, ya que de elaborar la historia de esta película se encargaría Alex Hirsch, famoso por desarrollar una de las series para chicos mas interesantes: Gravity Falls.

Luego del boom de Pokémon Go, mucha más gente logró acercarse a la saga e interesarse por lo que esta puede ofrecerle. Hablamos tanto de videojuegos, películas, anime e incluso manga. Pero suena un poco agresivo lograr digerir todo esto, ya que Pokémon como tal existe desde el año 1996, teniendo así una gran cantidad de contenido que ofrecerle al público y que puede volverse un poco lioso saber por dónde empezar.

Detective Pikachu toma el nombre del videojuego lanzado para la consola de Nintendo, la Nintendo 3DS, sin significar esto que la historia sea la misma ni mucho menos. La trama nos presenta a Tim Goodman (interpretado por Justice Smith), hijo de un importante detective, quien se rinde ante lo que parece ser la imposibilidad para lograr obtener un compañero Pokémon, afectado también por la muerte de su madre y la ausencia de su padre.

Pronto le llega la noticia a Tim de que Harry Goodman, su padre, muere en un accidente automovilístico mientras investigaba un caso. Esto lo llevará a Ryme City, una ciudad donde los pokémon y los humanos conviven en paz y armonía, colaborando mutuamente para el correcto funcionamiento de la ciudad, prohibidas toda clase de batallas, por supuesto.

El Psyduck de Lucy y Pikachu

Camino a recoger las cosas del departamento de su padre, Tim conoce a Lucy Stevens, una columnista de noticias que quiere ser reportera y que sospecha de la muerte de Harry. Poco después nuestro protagonista se encuentra con un peculiar Pikachu, que tiene la capacidad de comunicarse con él y le propone investigar el caso de la desaparición de su padre, ya que este cree que no está muerto.

Bajo esta premisa, Tim y Pikachu se pasarán la película buscando pistas que los lleven a dar con el paradero de Harry, tarea que no será fácil ya que detrás de todo esto se encuentra un villano (bastante cliché) que es nada más ni nada menos que Howard, el alcalde de la ciudad. Este le cuenta su plan a Tim, que consta de transferir su conciencia a la mente de Mewtwo y así poder unificar a todos los humanos con los pokémon.

Más allá de la historia que es aceptable, con algunos errores y agujeros de guión, la película es un espectáculo tanto para fans como aquellos que no lo son. La ambientación es espectacular y se nota la mano de The Pokémon Company, ya que es visible que los involucrados en la producción de la película conocen a la perfección el mundo de Pokémon.

Una película llena de colores vivos

Basta con mirar la habitación de Tim para encontrar referencias a diferentes regiones, pokémon legendarios, etc. O también el departamento de Harry. En fin, Detective Pikachu crea un ambiente propicio para introducirnos al mundo de las criaturas fantásticas que esta saga viene alimentando por más de 20 años.

Si hay algo que hace bien esta producción es darnos a entender cómo sería nuestro mundo si los pokémon existieran. Los modelos en CGI de estas criaturas son muy tiernos y creíbles, el trabajo de imagen y sonido logran hacer su trabajo de manera efectiva para dejarnos satisfechos.

No voy a decir que es la película de videojuegos que se merece un diez de calificación, pero sí creo que es una producción destacable por encima de muchas otras, que respeta la franquicia en la cual se basa y la aprovecha a su manera. Sin embargo, la actuación de Ryan Reynolds como Pikachu le da el toque clave, ya que dota de vida al personaje y le impregna su carisma, sin deformarlo y haciendo que sea un excelente protagonista. Está bien para disfrutarla en familia e incluso más con el niño interior, ya que el mío se sintió bastante feliz al ver tantas criaturas que nunca fueron más que sprites en 2D y 3D.