Tal como se venía rumoreando hace pocas semanas, el gobierno argentino oficializó hoy en el boletín oficial un nuevo set de medidas para restringir el ingreso de ciertos productos con el objetivo de resguardar la divisa norteamericana. Para ello, son 33 las posiciones arancelarias pasan de tener licencias no automáticas a automáticas.
La lista es variada: incluye cámaras digitales, placas de video, memoria, altavoces, helicópteros, aviones, whisky, tragamonedas, artículos de waffles y panadería, semen bovino, bijouterie y herramientas eléctricas de mano. No obstante, lo que más es relevante para nosotros, son los siguientes productos informáticos:
La medida, según el gobierno, “permite identificar comportamientos disruptivos del comercio exterior, resulta una herramienta clave para la gestión de la política comercial externa con miras al desarrollo productivo nacional y acorde al contexto actual de las relaciones comerciales internacionales”, enfatizó la resolución. El Gobierno reconoce que la decisión está atada a la falta de divisas y explica que se evaluaron los bienes y los flujos de comercio.
En ese sentido, consideraron que se trata de bienes que “no representan necesidad ni urgencia para su ingreso al país”. La norma admite que la nueva regulación apunta a fortalecer las operaciones de importación que requieren los sectores productivos para sostener y aumentar los niveles de producción y de empleo.
Para aquellos que no conozcan el concepto de LA (Licencia Automática) o LNA (Licencia No Automática) , la compra de estos últimos con respecto a los primero, sugiere una demora de hasta 180 días para la mera aprobación de las operaciones realizadas por importaciones de varios rubros. El problema de las LNA, no sólo es el aplazamiento en la aprobación, sino que tampoco se garantiza que se confirme una determinada compra o producto, lo cual puede ocasionar que, a falta del mismo, aumente su precio en base a su escasez y/o su demanda por parte de los consumidores. No sería de sorprender si con estas medidas anunciadas hoy, varios comercios de Argentina aumentasen hoy mismo los precios de los productos en 10-20% o más. Sin ir más lejos, la mayoría de los distribuidores de informática argentinos, actualmente no están vendiendo.
Para ponerlo en términos sencillos, en caso de que un importador/distribuidor quiera comprar mercadería con LNA en el exterior, el gobierno recién liberarían los dólares necesarios para efectuar los pagos a la hora de la aprobación, cuyo plazo puede ser de hasta 180 días. Según informaron varios distribuidores de diferentes rubros, el gobierno está rechazando (o pedaleando) la gran mayoría de los pedidos al exterior. Pasado el periodo de tiempo de hasta seis meses, el importador/distribuidor, por otro lado, puede presentar un recurso de amparo (lo cual puede tomar hasta dos meses en resolverse), de modo que un producto podría ser aprobado recién a los ocho meses (o más) de haberse hecho el pedido a la fábrica (sumado al tiempo que tome en llegar al país), lo cual es ridículo e inviable para un distribuidor (y por ende los minoristas) que dependen de un constante flujo de ingreso de productos.
Dado que la credibilidad del mercado argentino no está en su mejor momento (de hecho está en el peor), ninguna fábrica ya sea de placas madre, placas de video, periféricos, etc., confiará en los distribuidores (por más buena que sea su relación con ellos) y enviará los productos con 180 días de anticipación para que puedan pagarlos cuando al gobierno se les ocurra aprobar la compra (y por ende permitirles girar los dólares), más aún considerando la constante fluctuación y/o devaluación del peso argentino, y quién sabe cuál será el valor de dichos productos de acá a 6 u 8 meses por factores propios a ajenos a la economía argentina. Con esto quiero significar los incrementos de costos a nivel global, ya sea por la inflación en algunos países como EE.UU o China (lo cual impacta a nivel global), o el faltante de chips para productos específicos.
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Rosario. Santa Fe. Argentina