Return to Monkey Island – Review

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A más de tres décadas del lanzamiento de The Secret of Monkey Island y su secuela, Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge, el legendario dúo Ron Gilbert y Dave Grossman regresaron para trabajar juntos nuevamente y traernos Return to Monkey Island, una nueva entrega de la saga que continúa los sucesos de los dos primeros juegos, al mismo tiempo que trae algunos personajes de otras iteraciones (en las que ni Gilbert ni Grossman estuvieron involucrados), como la calavera Murray de The Curse of the Monkey Island y otros cameos varios.
La historia de Return to Monkey Island buscará resolver la gran incógnita que la franquicia (o mejor dicho, la primera entrada) dejó sin respuesta, que es básicamente saber cuál es el gran secreto de Monkey Island. Así es como Guybrush Threepwood, sin barco ni tripulación, se las tendrá que ingeniar para zarpar una vez hacia la enigmática isla por cuenta propia, ya que los altaneros nuevos líderes piratas se niegan a financiar su capricho. Por supuesto, no sería un Monkey Island si no estuviese el archinémesis de Threepwood, el pirata zombi LeChuck, con quien tendrá que compartir su nave (sin que este lo sepa, claro) hasta llegar a dicho destino.
Como toda aventura gráfica, Return to Monkey presenta los clásicos controles point-and-click y un inventario en el que tendremos que combinar, desarmar o examinar ítems para encontrar pistas (ya sean mapas, libros o notas), o arrastrarlos hacia objetos o personajes para una posible interacción. La tecla Tab nos permite (mediante pequeños círculos) saber cuáles son todos los elementos con los que podemos interactuar ya sea por mera curiosidad, o para progresar en los puzzles. La cantidad de ítems con los que uno puede interactuar es una cuestión de sentido común y esto se hace notar casi de inmediato. No es como en otras aventuras o entregas de la serie en donde casi cualquier ítem se puede arrastrar de manera ilógica hacia cualquier cosa (o verbo) que encontramos en el escenario, y que nuestro personaje nos dé una respuesta genérica o redundante.
El guión en general es realmente una obra de arte y los diálogos están llenos de chistes, sarcasmo y referencias de todo tipo, incluyendo otros juegos de la serie y sus creadores, memes, y otras ocurrencias tecnológicas o modernas aplicadas a ciertas situaciones que definitivamente nos harán reír como solo Gilbert y Grossman saber hacerlo. Eso sí, hay que prestar mucha atención a la descripción de los ítems del escenarios y los diálogos de los personajes (e incluso los ítems o la fisonomía de cada uno de ellos), ya que en muchos casos estos pueden darnos pistas subliminales para futuros puzzles sin darnos cuenta en principio, pero que al momento de ir descartando posibilidades (u observando con detenimiento lo que llevan puesto) tienen sentido, y en última instancia nos regocijará haberlos podidos resolver por prestar atención a ciertas particularidades.
Si bien Return to Monkey cuenta con dos modos de dificultad (casual o hardcore), uno con menos y otros con más etapas de puzzles, los desarrolladores decidieron incluir un libro de pistas (otorgado por La Señora del Voodoo, cuyo nombre es finalmente revelado) para que los jugadores puedan obtener una ayuda sobre cómo avanzar en caso de haberse quedado trabado en el juego y no saber cómo seguir. Es básicamente como tener una pseudo guía en todo momento para no tener que recurrir a sitios de walkthroughs o videos de YouTube. En muchos casos, las soluciones son bastante explícitas, mientras que en otras nos tiran una puntita y nosotros tenemos que dilucidar cómo darle el toque final a la incógnita. Por supuesto, usar o no el libro de pistas es una cuestión de orgullo propio, sobre todo para los fans de la saga y el género de las aventuras gráficas en general. Mientras más lo usemos para descifrar un mismo interrogante, el juego nos hará saber (mediante una serie de dibujos) que podríamos haber usado un poco más el coco, y en definitiva nos hará sentir mal por eso, pero con justa razón.
Además del libro de pistas, también encontraremos cartas de trivia correspondientes a lugares, datos o personajes del juego mismo, como también de previas entregas, e incluso preguntas que solo los fans más dedicados de Monkey Island sabrían responder como fechas o plataformas de lanzamiento de algunos juegos de la serie, o preguntas más raras sobre el desarrollo de los juegos, o los integrantes del estudio. Claro está que habiendo pasado más de 30 años, no nos acordaremos de todos los detalles de las primeras dos entregas, de modo que inevitablemente en algunos casos vamos a terminar recurriendo a alguna Wiki o guía más aún sabiendo que, en caso de errarle a una respuesta, la carta desaparece y cargando una partida guardada, la carta no vuelva a aparecer (ya lo he probado).
Más allá de que uno puede (o incluso tiene que) dejar algunas cartas en suspenso para más adelante, ya que algunas respuestas no se conocen hasta avanzar en el juego, hay que tratar de responder lo antes posible las que sí sepamos (o creemos que sepamos), ya que nuevas cartas no aparecerán hasta responder las que actualmente tenemos en el libro. Termina siendo un arma de doble filo en caso de no estar seguros ya que algunas cartas se encuentran en lugares a los que luego no podemos volver. Me temo que la única solución para responder bien las 100 cien cartas de trivia (10 páginas de 10 cartas) es esperar a una guía, o hacer un backup del save en caso de no estar seguros sobre la respuesta (esto último no lo probé, pero seguramente funcione). Es muy probable que haya un logro por contestar todas las cartas de trivia y, siendo completamente honesto, no estoy seguro sí usar el libro de pistas disminuye la aparición de cartas.
Al margen de las conversaciones y situaciones graciosas, los sensacionales puzles y las preguntas de trivia, el arte del juego fue y es uno de los puntos controversiales de Return to Monkey Island. La comunidad no reaccionó bien al estilo gráfico que el estudio Terrible Toybox eligió para el juego, al punto que hicieron que Gilbert cerrara su blog hasta el lanzamiento del juego, que es hoy. Rex Crowle, quien trabajó en títulos con estética similar como Knights & Bikes y Tearaway, fue quien le dio vida al juego y, siendo honesto, para mi le sienta bastante bien. Si bien muchos dirán que los movimientos bruscos de los personajes y los modelos de bajos polígonos les recuerdan a “juegos de flash”, para mi la temática jocosa del juego va de la mano con el estilo visual elegido, contrario a los remasters de The Secret of Monkey Island y Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge que le agregaba un tono más realista y serio, y no encajaban del todo bien.
Asimismo, Peter McConnell, Michael Land y Clint Bajakian, tres de los compositores que trabajaron en toda la saga, regresan para darle a Return to Monkey Island las características melodías caribeñas de la saga compuesta por aerófonos (instrumentos de viento) y marimbas, complementados algunos trombones o trompeta. La OST está llena de nostalgia y acompaña de manera formidable a lo largo de todo el juego, sin ningún tipo de vacío sonoro de por medio.
Como no podía ser de otra manera, Dominic Armato, regresa una vez más para interpretar a Guybrush Threepwood. Previamente había vocalizado al poderoso pirata en The Curse of Monkey Island, Escape from Monkey Island y las Ediciones Especiales (o Remasters) de The Secret of Monkey Island y Monkey Island 2: LeChuck’s Revenge. LeChuck, por otro lado, cuenta con la voz de Jess Harnell (ya que Earl Boen, la voz original de LeChuck, se retiró de la actuación en 2017), e hizo un trabajo realmente fantástico para el pirata zombie. Alexandra Boyd y Denny Delk volvieron a dar voz a Elaine y Murray, respectivamente.
A lo largo de sus cinco capítulos, Return to Monkey Island nos durará no menos de unas diez horas de juego, ya que la duración depende de cuán rápido resolvamos los puzzles, y eso es muy relativo dependiendo de cuan canchero y atentos estemos para resolver los puzzles, o si terminamos usando el libro de pistas para acelerar el progreso. Sin importar cuánto tardemos en terminarlo o si usamos el libro o no, Return to Monkey Island está lleno de nostalgia, al mismo tiempo que introduce mecánicas de puzzles subliminales que a medida que uno avanza en la narrativa los va apreciando más.
Por u$s 24.99 o precio regional en Steam, Gilbert y Grossman, como era de esperarse, no solo no han decepcionado, si no nos han traído una verdadera continuación de la franquicia para los fans de la saga (especialmente de los dos primeros juegos), recordándonos que el recorrido o el camino es muchas veces más importante que el destino, al mismo tiempo que dejan las puertas abiertas a la posibilidad de una próxima entrega.
Este análisis fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Devolver Digital/Terrible Toybox.

Rosario. Santa Fe. Argentina
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