¿Qué son los generadores de números aleatorios y cómo influyen en los NPCs?

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Los NPCs se han vuelto elementos imprescindibles de los videojuegos. En realidad, como concepto, no son nada nuevo; se trata, simplemente, de los personajes de un videojuego que no controlan los jugadores. La novedad está en el comportamiento de esos personajes, que cada vez es más parecido al de los personajes que sí controlan los jugadores. Pero, y esto, ¿cómo puede ser?

Para explicar por qué los personajes no jugables o NPCs (Non Playable Character) reaccionan de una manera similar a como lo hacen los que controlan los jugadores, debemos acudir principalmente a dos tecnologías que tienen un gran peso en su funcionamiento, pero que están “ocultas” en estos comportamientos: la inteligencia artificial y los generadores de números aleatorios o RNGs (Random Number Generator).

El principal objetivo de un RNG es reproducir la aleatoriedad, es decir, producir resultados que sean totalmente impredecibles. Pese a que siga resultando innovadora, es una tecnología que lleva años empleándose en el sector del juego online, mucho antes incluso del boom de los eSports. Es uno de los pilares de las plataformas de casino online, cuyos juegos se basan en el azar. Los RNGs son los responsables de que en la ruleta online no haya forma de saber en qué número parará la bola virtual o que, en un slot, no se sepa cuándo va a aparecer la combinación con la que se consigue el jackpot. Esto es fundamental para la integridad del juego, por lo que las compañías de casino online han invertido mucho dinero y tiempo en encontrar la forma de que los resultados de estos juegos sean aleatorios; por mucho que se intente, no se pueden establecer patrones que indiquen cuándo habrá premio.

Estos sistemas de los casinos online se han sometido a multitud de auditorías externas y se han ido perfeccionando durante años para garantizar que el juego es justo para todos. Para ello, se usa software que depende de la programación de algoritmos basados, en parte, en la teoría de juegos, que forma parte de una rama de las matemáticas, la teoría de la probabilidad, y que también se utiliza en economía. Estos serían, en realidad, “Pseudo Random Number Generators”, ya que ofrecen una ilusión de aleatoriedad.

Los “True Random Number Generators”, aquellos que son verdaderamente tan aleatorios como el lanzamiento de dados o el giro de una ruleta, son los que combinan software y hardware. También utilizan algoritmos, pero estos están determinados por fenómenos externos al software. Por ejemplo, hay compañías que han desarrollado RNG que siguen patrones pseudoaleatorios que se ven alterados y varían dependiendo de cómo refleje el sol sobre un espejo; al tratarse de un fenómeno natural, es altamente impredecible. En otros casos, estas alteraciones vienen determinadas por los movimientos de ratón del jugador u otros inputs que, en conjunto, son imposibles de determinar.

En los videojuegos, los RNG se utilizan para que ocurran cosas que el jugador no puede predecir. Ahí está la gracia: tener la habilidad de salir airoso de cualquier tipo de situación. Con los NPCs se intenta reproducir esta capacidad de improvisación que tenemos los humanos, y que el jugador no sepa siempre a qué atenerse.

Recientemente, esta búsqueda de la aleatoriedad llega también a la creación de personajes; existen generadores aleatorios de personajes, NPC Generators. De hecho, grandes compañías como Nvidia ya están utilizando IA generativa para dar vida a los NPCs. De la combinación de modelos de inteligencia artificial GPT (Generative Pre-Trained) con la generación de aleatoriedad, se pretende crear personajes y escenarios cada vez más realistas, en los que se produzcan reacciones que el jugador puede intuir, pero sin que tenga la certeza de que se van a dar, igual que ocurre cuando nos enfrentamos a otras personas.

Como suele pasar, estos avances tecnológicos para intentar “humanizar” los NPCs no son vistos como avances por todo el mundo, ya que es evidente que cuanto más complejos son esos personajes o situaciones, más complicado será superarlos. Ahí está el desafío, con el tiempo veremos quién gana.

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