El incidente se desencadenó en abril del año pasado, cuando Ikugara recibió mensajes de un acosador que afirmaba que el director había robado su trabajo. Ante esto, Ikugara aclaró que no era el caso, ya que el arte de la mujer no se parecía en nada al suyo. Sin embargo, esto llevó a que el director se convirtiera en el blanco de una campaña de acoso.
Formando una banda con varios actores de voz con los que había trabajado a lo largo de los años, Ikugara descubrió que la mujer estaba enviando numerosos correos electrónicos a los patrocinadores y clientes de Kunihiko, acusándolo de ser un plagiador. A pesar de la implementación de la demanda, la mujer continuó enviando correos electrónicos a los patrocinadores incluso después de que el caso estuviera en proceso.
Ikugara expresó su frustración, señalando que la acusada buscaba perjudicar su posición financiera. “Es natural que mis patrocinadores y clientes se distancien de mí porque piensan que tengo un problema. La acusada lo sabe muy bien. Es un movimiento cobarde. Hay personas que actúan porque han experimentado el éxito en algún lugar“.
Al final, Kunihiko Ikugara logró una compensación de 1.21 millones de yenes, alrededor de 8 mil dólares estadounidenses, por las falsas acusaciones y el acoso dirigido. Aunque la acosadora podría enfrentar el pago de la multa, parece que su empeño en difundir desinformación persistirá.
El abogado de Ikugara, Takashi Hirano, inicialmente consideró buscar una orden judicial para detener el acoso, pero confía en que el veredicto limpiará por completo el nombre de Ikugara. El director, al comentar sobre el caso después del juicio, afirmó: “Interpreto que casi todos nuestros argumentos han sido aceptados, y estoy satisfecho con el fallo. La afirmación de que es un plagio es absurda; las líneas no se superponen. Es difícil ser creativo cuando suceden cosas como estas. La acusada sabe que los patrocinadores son esenciales para nuestro trabajo“.
Fuente: Bengoshi Blog