BABYLON’S FALL – Review

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Cuando Square Enix y PlatinumGames anunciaron BABYLON’S FALL en la E3 2018, hubo cierto hype por parte de los los fans del estudio responsable de clásicos como Bayonetta, Vanquish, Metal Gear Rising: Revengeance y Nier: Automata. Pero así como hubo muchos títulos que hicieron historia, hubo una camada de juegos (luego del debut de Bayonetta 2 y antes del lanzamiento de Nier:Automata) que no solo quedaron en el olvido, sino que lograron manchar la reputación del estudio. Los seguidores de PlatinumGames y de las series en las que están basados estos juegos, difícilmente podrán olvidarse de las atrocidades que fueron, The Legend of Korra, Star Fox Zero y Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan, y para algunos se suma Transformers: Devastation a esa lista.
Ahora, estando el estudio casi ausente durante varios años en el segmento de los AAA, con la excepción de Astral Chain lanzado en el 2019 en exclusiva para Nintendo Switch, uno se pregunta qué es exactamente esta nueva IP de PlatinumGames y a qué público apunta, ya que el poco marketing y la falta de cobertura por parte de la prensa realmente resultaba llamativa. Los usuarios de PlayStation 4 y PlayStation 5 tuvieron la oportunidad de probar una demo el pasado 25 de febrero, mientras que tanto estos como los de PC pudieron comenzar a jugar la versión completa a partir del 28 de febrero en caso de haber comprado la Edición Deluxe, cuyo costo en EE.UU es de u$s 99.99 y en Argentina de u$s 92.63, lo que equivale con impuestos a $ 16.498.35 gracias a los precios «regionales» de Square Enix que siguen siendo absurdos para la gran mayoría de los países latinoamericanos, cuyos sueldos promedio apenas son de entre 250 y 350 dólares.
Al margen del precio del juego en Latinoamérica o en cualquier parte del mundo, me apena decir que BABYLON’S FALL entra en la categoría de títulos que inevitablemente vuelven a degradar el prestigio del developer, como también el de su publisher Square Enix por el absurdo modelo comercial del juego. Para aquellos que no estén al tanto, BABYLON’S FALL se presenta como un juego como servicio (live service). Como si su elevado costo fuera poco, también cuenta con la moneda premium Garaz que se puede comprar con dinero real. Dado que por el momento la tienda in-game para adquirir dicha moneda no funciona, Square Enix publicó una página alternativa en donde podemos comprar entre 300 y 10.000 Garaz, y estos últimos cuestan $9360 (más impuestos en Argentina), lo cual equivale casi a otros u$s 99.99.
Tanto con 150 Garaz como con 1.000 de los puntos BP que se obtienen al completar misiones, podremos desbloquear uno de los 100 niveles que se incluyen en cada temporada, al igual que sucede en la mayoría de los Battle Royale (PUBG; Apex Legends, Fortnite), shooters como Call of Duty, Destiny 2 o Valorant, u otros títulos varios como DOTA 2, For Honor, Rocket League o Genshin Impact, por nombrar algunos. A modo de lanzamiento, la primera temporada de BABYLON’S FALL titulada «El Eterno Ziggurat» es gratuita, aunque cada una de las próximas costará 1000 Garaz. Por supuesto, adquirir futuros Pases de Batalla será completamente opcional, pero al menos en esta primera temporada, solo hay 34 ítems en los 100 niveles gratuitos (es decir que las recompensas para quienes no compran el Pase de Batalla son un tanto mezquinas). Si bien ambos niveles se pueden desbloquear con Puntos BP, hay que hacer muchas misiones para obtenerlos ya que no se farmean de manera fácil o rápida debido al bajo número de usuarios tanto en PC como en PlayStation (y eso que el juego tiene crossplay entre ambas plataformas), dejando al Garaz como opción secundaria, pero costosa.
Si bien la propuesta de este modelo de negocio (similar al de Marvel’s Avengers que fracasó rotundamente) podrá ahuyentar a cualquier gamer simplemente por mera indignación, sin importar cuán bueno o malo sea un título, en este caso ni su modelo de juego como servicio ni el precio del mismo se ven reflejados ni justificados en base a la calidad del producto, y pasamos a detallar por qué. En principio, la historia del juego es bastante básica. Llegamos a la tierra de los babilonios que al parecer han desaparecido y su único legado es la gran Torre de Ziggurat. Nuestro trabajo como Centinelas del Imperio Domitiniano asentados en Neo Babilonia (una ciudad ubicada en la parte inferior de la torre) es la de explorar y saquear los tesoros de sus míticas ruinas.
Implantados forzosamente con el Ataúd de Gedeon, un dispositivo que convierte a humanos en poderosos soldados que pueden utilizar hasta cuatro armas (dos físicas y dos espirituales), podremos jugar ya sea en modo solitario o con hasta otros tres jugadores, siempre en modo online. Si bien las misiones las podemos completar solos, al realizar una quest con otros tres jugadores nos daremos cuenta inmediatamente que el juego está hecho para jugar en cooperativo. Cada misión, jugando de 3 o 4 jugadores, nos llevará entre 10 y 15 minutos, mientras que jugando solo nos pueden llevar más del doble. El problema es que algunas quests, ya llegando al final de la tercera torre (o cloister) se hacen muy difícil, aún utilizando las 5 pociones y las 5 resurrecciones que nos dan en cada misión, y uno termina padeciendo cada minuto de las mismas sabiendo que se podrían hacer más rápido y más fácil en caso de estar acompañado. Tampoco hay drop-in/drop-out durante las misiones, así que no hay mucha esperanza de que alguien entre durante las misiones para ayudarnos.

Si bien el juego soporta crossplay entre PC y PlayStation y gracias a ellos pude completar las primeras dos torres con sus respectivas misiones (que varían según la torre) y jefes al final de cada una de ellas, ya llegando a la tercera (de las siete que hay que total), se me hizo prácticamente imposible encontrar un grupo, razón por la cual tuve que hacerlas solo o con un compañero, pero igualmente cambia mucho la experiencia o la rapidez con la que se completa una misión al hacerla con tres o cuatro jugadores. El problema no es solo la escasez actual de jugadores, sino que el sistema de matchmaking nos lanza a la misión solos si no encuentra otros jugadores pasado no más de un minuto, obligándonos a abortar la quest si no estamos mirando la pantalla para ver si encontramos otros Centinelas. Si a los 20 o 30 segundos no encontramos otros jugadores, lo más probable es que tengamos que salir del matchmaking, abrir nuevamente la pizarra de la quest, buscarla y esperar a encontrar una partida de ese nivel en particular, para lo cual estuve más de media hora esperando en algunos casos, y sin éxito.
Similar a títulos como Destiny 2, Lost Ark o el mismo Marvel’s Avengers, el requerimiento o dificultad de las misiones está atada al Nivel de Poder del personaje, que depende de la sumatoria de los niveles de los ítems equipados. En este caso son cuatro de las cinco clases de armas (martillos, espadas, escudos, arcos y báculos) y cuatro piezas de armadura (casco, pecho, piernas y brazaletes), cuyas calidades de ítem van desde común hasta divino. El problema es que el botín obtenido al terminar cada misión, no siempre suele favorecer a nuestro build preferido (ya sea de combate cuerpo a cuerpo o de rango en sus diferentes variantes), de modo que la eficacia del Nivel de Poder es un tanto relativa. Creo que esto está hecho a propósito para obligarnos a experimentar otras armas y armaduras. En mi caso, pasó mucho tiempo o muchas misiones hasta que encontré otra armadura adecuada para pelear con armas melee, al mismo tiempo que obtenía decenas de ítems para builds de rango (ya sea mago o arquero).
El combate, como podrán observar en los videos, no es nada especial ni revolucionario, ni está a la altura de otros clásicos de PlatinumGames. Al principio se siente anticuado, aburrido y hasta por momentos desordenado cuando hay cuatro jugadores pegando constantemente con sus armas físicas y/o espirituales, al punto de no poder distinguir del todo lo que está sucediendo en pantalla, sobre todo cuando estamos eliminando los enemigos más débiles. No es que el combate sea en esencia malo, solo que está un poco pasado de moda en cuanto a fluidez y la sensación que provoca cada golpe.
BABYLON’S FALL toma un poco de color ya llegando al final de la tercera torre o el comienzo de la cuarta, en donde entran en juego las resistencias (fuego, hielo, electricidad, petrificación, etc), los encantamientos de las armas (propiedades únicas), y otros elementos más orientados a un RPG clásico que uno de acción. La falta de resistencias se hace sentir de inmediato y ahí es cuando nos proponemos prestar más atención a las propiedades de los ítems y no sólo a su daño físico. Además, el modo en que usamos las cuatro armas se pueden personalizar más adelante en el juego, pudiendo elegir entre estándar (consume un poco de la barra al pegar), poder (carga el ataque) o técnico (para los expertos que quieran combinar ataques físicos y espectrales más rápido y con mayor eficiencia).
Además de las siete torres con sus respectivos jefes al final de cada una (además de otros en quests previas al final), una vez completada el Volcanic Cloister (tercera torre) podremos acceder al herrero para crear nuevas armas y armaduras (con materiales y planos obtenidos en las misiones o compradas en una tienda), reciclarlas, actualizarlas e inclusive unirlas (sacrificando ítems). Lo que más me molesta de la tienda, es que al comprar planos no sabemos qué atributos tienen las armas ni qué materiales precisan. Lo mismo sucede al comprar armas individuales en el shop con la moneda corriente del juego (conchas), y es un tanto exasperante que un aspecto tan básico como la comparación de ítems al crear o comprar algo no esté presente. En cuanto a los modos de juego, tenemos Escaramuza y Asedio como contenido endgame, que se desbloquean al completar la última torre. El primero se trata de niveles ya visitados, pero con otros monstruos y objetivos, mientras que Asedio es básicamente un modo de supervivencia, conocido comúnmente como modo horda. En mi opinión, tanto el herrero como los modos adicionales, se desbloquean un tanto tarde y honestamente, para cuando logremos hacerlo (si es que encuentran gente suficiente para jugar todas las torres) ya no habrá mucho incentivo para seguir jugándolo.
La repetición del modelo de misiones divididas en hasta cinco capítulos con puntajes individuales para cada jugador estilo Devil May Cry o Bayonetta (que van desde Piedra hasta Puro Platino), sumado a la baja calidad general del juego y el Battle Pass cuyos cosméticos, stickers o fondos para el perfil son muy poco atractivos (precisamente porque los gráficos del juego lo son) nos hace pensar que ni siquiera PlatinumGames tenga en claro qué es BABYLON’S FALL y a qué tipo de público apunta.

Subir un nivel requiere 1000 puntos de experiencia (o BP) y cada misión nos da apenas 50, así que tendremos que hacer 20 misiones para subir un nivel. Ya de por sí el hecho de siquiera tener que pensar en hacer 20 misiones para recibir un horrendo ítem como recompensa, hace que ni siquiera me den ganas de jugar el juego. Hacer los desafíos diarios nos dará un nivel completo, mientras que los semanales dos niveles, pero aún así, repetir las misiones una y otra vez para farmear puntos de BP es sumamente repetitivo, cansador y aburrido, y me cuesta mucho entender que haya gente que quiera hacer suficientes misiones o gastar dinero real para desbloquear los cosméticos del Battle Pass. Realmente dudo que haya muchas personas que lleguen a completar todos los objetivos de la temporada, que da 20 niveles.
Siendo los gráficos un aspecto muy importante hoy en día, la visual de BABYLON’S FALL definitivamente no ayuda en absoluto, y de hecho es de lo peor que he visto en años, más aún tratándose de un juego de 60 dólares y con microtransacciones. No me hace gracia ni me siento cómodo desmereciendo el trabajo de los desarrolladores, que seguramente tuvieron un presupuesto por demás de acotado, pero la realidad es que gráficamente este juego es vergonzoso. En primera instancia, no se puede creer la baja calidad de los modelos de los personajes y su nivel de detalle al entrar en la herramienta de creación. Ni siquiera Dark Souls de PlayStation 3 tiene una calidad de shaders y una cantidad de polígonos tan baja, y estamos hablando de un juego que salió hace 10 años en una consola cuya potencia es bastante inferior a la de una PlayStation 4, ni hablar de una PlayStation 5.
Pero dejando de lado los personajes, la visual general del juego tanto en las cinemáticas como en el juego mismo, pretende imitar las pinturas de óleo medievales con pinceladas que están presentes en todo momento, y el resultado es simplemente abismal. Esto hace que las texturas se vean con un nivel de detalle peor del que tienen, además de un excesivo uso de Profundidad de Campo (Depth of Field), Desenfoque de Movimiento (Motion Blur) y Bloom (incremento en la luminosidad de las fuentes de luz), que hacen que el juego parezca que estuviese renderizándose a una resolución mucho menor que la seleccionada. En los niveles donde llueve o peleamos bajo agua (porque al parecer somos súper humanos que además podemos pelar estando sumergidos), esto es aún peor, al punto de parecer que estamos jugando en 720p en vez de 4K (la resolución que usamos para capturar los screenshots y videos exhibidos en la nota, siempre con todos los detalles al máximo).
El developer tampoco parece haberse decidido sobre qué tipo de cinemática utilizar, ya que hay diferentes variantes. Una más arcaica o con menor presupuesto que la otra. En primer lugar, tenemos las cinemáticas convencionales en tiempo real con nuestro personaje (limitadas a 30 FPS para darnos la «experiencia cinemática»). Luego hay otras que narran la historia en diferentes cuadros, siempre con las entendibles, pero artísticamente deplorables pinceladas al comienzo de cada escena. Otro tipo de cinemática simula el mismo tipo de pintura de óleo con los personajes exhibiendo movimientos rígidos en el cuadro, pero el resultado es igual de desconcertante. Por último, hay otras escenas en donde aparece el recuadro de diálogo debajo y lo podemos saltear o simplemente esperar a que cada personaje termine de hablar. Sin importar cuál sea la cinemática, todo expresa un nivel de producción de hace 10 o 15 años atrás, y a eso no le podemos echar la culpa al presupuesto. Por supuesto, la sincronización labial para las voces en inglés es inexistente, y para aquellas en japonés tampoco es exactamente buena. Las primeras palabras aciertan el movimiento de la boca, pero luego ya ni se molestan. Es como esos juegos en los que los NPC dicen una línea de diálogos pero luego es todo texto
Lamentablemente, BABYLON’S FALL no solo quedará en el olvido al igual que GODFALL y Marvel’s Avengers a pocos meses de su lanzamiento, sino que dejará otro gran manchón en el catálogo de títulos de PlatinumGames luego de haberse lucido con Nier:Automata en el 2017 y con Astral Chain en el 2019. Realmente es una pena. Lo único rescatable del juego realmente es la banda sonora (menú principal, al terminar una misión y en ciertos jefes), las voces en japonés y los diseños de ciertos jefes, que están muy inspirados (por no decir otra cosa) en algunos de los monstruos de la serie Dark Souls o bestias de Monster Hunter.
Como mencioné previamente, la jugabilidad mejora un poco a medida que nos adentramos en las torres, personalizamos nuestro equipamiento y la dificultad se incrementa debido al uso de daño elemental y ataques con debilidades (ya sea por parte de los enemigos o nuestro personaje), pero definitivamente no es un juego por el que pagaría 60 dólares, ni 10 dólares, ni nada. De hecho, no lo jugaría aún si fuese free-to-play, que es lo que terminará siendo en pocos meses ya que en Steam actualmente cuenta con apenas 600 jugadores y los usuarios de PlayStation que probaron la demo, quedaron espantados. Si bien el juego se lanzó hoy para los valientes que hayan comprado la edición estándar en PC, dicha cifra de usuarios definitivamente no es un buen augurio, menos si lo comparamos con el pico de casi 900.000 jugadores simultáneos que tuvo ELDEN RING hace pocos días. Para muchos, BABYLON’S FALL pasará a la historia como BABYLON’S FAIL a modo de chiste y terminará sepultado al igual que ANTHEM o Marvel’s Avengers. Pero siendo brutalmente honesto, no es recomendable comprarlo ni siquiera a 90% de descuento. Hay juegos como Warframe (que es free-to-play) que hace las cosas mejor en prácticamente todos los aspectos.
Este análisis fue realizado con un código de prensa proporcionado por Square Enix.

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