Rengoku por poco formó parte del gobierno de Japón

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En abril de este año se celebraron las elecciones para los nuevos miembros del concejo municipal de la Ciudad de Musashino, en Tokio, Japón. Las elecciones contaron con un total de 120,963 participantes, y una gran cantidad de candidatos entre los que destacó uno bastante particular. Dejando de lado qué es lo que hace un concejo municipal (que forma parte del Ayuntamiento, en conjunto con el alcalde), fueron elegidos un total de veintiséis representantes.

Once posiciones abajo, específicamente en la trigésimo séptima, podemos encontrar a un candidato con una fotografía bastante particular. Se trata de “Rengoku Koroaki (?? ????)“, que obviamente es su nombre real si tenemos en cuenta que esto es un proceso electoral y no se puede participar con seudónimos. En la fotografía, quizás haciendo alusión a que se llama igual que el personaje de Kimetsu no Yaiba, el candidato aparecía con un cosplay de Kyojuro Rengoku, el Pilar del Fuego.

Rengoku

Lamentablemente, parece que su atuendo no fue suficiente material de propaganda, puesto que solo sumó 190 votos durante el proceso electoral. Esto lo dejó muy lejos de la última persona elegida para el concejo municipal, que sumó 1,044 votos a favor. Sin embargo, el “Rengoku Político” sí que quedó por encima de otros contendientes, algo que da bastante de qué hablar. Después de todo, ¿cómo te sentirías si un sujeto en cosplay hubiera conseguido más votos que tú?

Es posible que este sujeto vuelva a postularse en las próximas elecciones, y es que en Japón cualquiera puede postularse a los gobiernos locales siempre y cuando sea mayor de 25 años (30 años para algunos puestos en particular). No es necesaria ninguna preparación académica ni antecedentes laborales, aunque hay algunos delitos que suspenden este derecho según las leyes de Japón.

Por lo anterior, es común que en cada proceso electoral siempre aparezcan algunas personas muy particulares, como actrices porno o cosplayers, que buscan expandir su currículum con un puesto en el gobierno nipón. Son contadas las veces en las que alguno ha tenido éxito, pero el simple hecho de que alguien lo ha logrado definitivamente ya deja de qué hablar.

Fuente: Yaraon!

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