El frío invierno ha recibido un rayito de sol veraniego con el regreso nostálgico de uno de los juegos arcade de Neo Geo más recordados de la siempre añorada y querida Data East. ¿Quién podía imaginar que en 2022 tendríamos una secuela de Windjammers? Sin embargo, ¿es algo más que mera nostalgia encapsulada? Lo vemos en el análisis de Windjammers 2.
¿Qué podemos pedir a la ola de neo retro que estamos viviendo? Yo lo tengo clarísimo: ambición, ganas e imaginación. Celebremos que somos los niños de los 80 y los 90 los que ahora tenemos la potestad para hacer realidad proyectos que en su día parecían improbables para los hombres de corbata y maletín, y la experiencia de tres décadas a las espaldas de los nuevos lanzamientos debe servir para algo más que mercantilizar la nostalgia. Fue el caso de Streets of Rage 4: la fuente inagotable de halagos a Guard Crush Games no ha dejado de brotar desde su estreno en la primavera de 2020, superando cualquier expectativa imaginada por el más loco seguidor de la olvidada franquicia de Sega. ¿Ha sido el caso de Windjammers 2 y Dot Emu?
Tendríamos que hacer un ejercicio de sinceridad antes de encarar el análisis de una secuela tan inverosímil como la presente. ¿Qué es Windjammers? Estamos ante un videojuego de indiscutible corte veraniego en el que seis deportistas se disputaban ser campeones de una suerte de competición de tenis con discos voladores. La salsa de la añorada Data East estaba en los superpoderes de cada uno de los contendientes y su desafiante modo arcade. ¿Merecía una secuela? Bueno, el juego fue un éxito recreativo en países europeos y se sitúa en una cómoda posición de culto para muchos usuarios de la época, pero alejado de los grandes referentes arcade en el resto del planeta. Eso sí, en 2022 sigue contando con una ferviente base de fans que aún compite y que ha llevado al título de Neo Geo a escenarios tan fastuosos como el EVO… ¿pero está a la altura la secuela?
Me encanta ver a la gente de nuestra generación encarar con valentía secuelas imposibles e inesperadas, pero puede que aquí haya faltado algo más que buenas intenciones: ha faltado ambición y ser algo más valiente para firmar un producto que pueda trascender a la nostalgia más barata. Te lo cuento a continuación.
En 2022 Windjammers sigue contando con una ferviente base de fans que aún compiteLa sensación general a los mandos de Windjammers 2, en principio, sería completamente exitosa. ¿Has imaginado en los últimos 29 años cómo podría ser una secuela de Windjammers? Seguro que Data East habría hecho algo como lo que tenemos hoy a mediados de los noventa, porque tiene todos los ingredientes obvios que cualquier amante del Flying Disc Game podía esperar: nuevos personajes, nuevos escenarios y nuevos movimientos. Vamos por partes: A los ya míticos Gary Scott, Hiromi Mita, Klaus Wessel, Loris Biaggi, Steve Miller (obviando a su alter ego coreano) y nuestro representante Jordi Costa se le unen Jao Raposa, Max Hurrican, Sammy Ho y Sophie de Lys. El esquema jugable es el esperado: oscilan entre lanzadores de disco poderosos pero lentos, ágiles pero no muy fuertes y equilibrados en sus dos principales estadísticas a las que sumar, naturalmente, cada uno de los nuevos tiros especiales.
Al respecto de los estadios se han rescatado las míticas arenas del juego clásico y se han añadido algunas nuevas con alguna mecánica curiosa como la del rebotador que cambia su posición según es impactado por los discos en la partida. Restará ver si en el competitivo es aceptado por la comunidad, pero supone un cambio fresco que obligará a los usuarios a ser más certeros en el análisis de la trayectoria del disco y su defensa para evitar goles. En cuanto a los nuevos movimientos destacan dos: salto, parry y la devolución rápida. Ya sabes que al recibir el disco puedes hacerlo elevar para ejecutar el clásico tiro especial; ahora no será la única opción en tu estrategia. Podrás saltar, coger el disco y lanzarlo al suelo rival para puntuar.
El parry se traduce en una estrategia similar al salto y lanzamiento: sin capturar el disco podrás golpearlo en el momento justo para hacerlo llegar al suelo de la cancha rival en un movimiento rápido y de trayectoria corta. La devolución rápida, en lugar de lanzar al suelo rival el disco como el parry, lo lanza en la trayectoria voladora habitual. ¿El objetivo de los tres nuevos añadidos de devolución y recepción del disco? El evidente: acelerar más si cabe el juego y dotar al software de 1993 de una nueva capa de especialización que cambia a Windjammers para siempre. Todo suena bien con la secuela a priori, ¿no? Entonces, ¿cuál es problema?
Resulta sencillo explicar lo simple que es Windjammers 2 en su puesta en escena. La ocasión merecía ser más ambicioso en todos los aspectos, máxime cuando lo único que sobrevive de la comunidad de Windjammers en 2022 es la base competitiva del clásico de 1993. Tutoriales que hubiesen ayudado a los jugadores a entender mejor cómo funciona la devolución óptima de los discos, acceso a las distintas pruebas de bonus sin tener que jugar al modo arcade o, de hecho, un modo arcade más atractivo y moderno que el mero objetivo de pasar tras cada uno de los rivales del juego por un mapa insustancial y acceder a un desenlace con la típica conclusión acompañada de ilustraciones del campeón.
Windjammers 2 parece contentarse con hacer lo obvio y ya estáY es que resulta imposible no pensar en Streets of Rage 4 cuando te pones a los mandos de Windjammers 2: la obra de Guard Crush Games se las ingenió para ser una esponja del género beat’em up y absorber todo el conocimiento y avances de 30 años de ausencia y evolución de referentes del género mientras Sega olvidaba en su cajón de licencias a Axel y compañía; Windjammers 2 parece contentarse con hacer lo obvio y ya está. Que las novedades jugables se limiten a los tres añadidos citados en líneas anteriores y a una barra de energía que nos permite lanzar un supertiro sin carga o alcanzar discos imposibles de parar, me resulta poco ambicioso.
Pero no me malinterpretéis: si lo único que buscas es una secuela de Windjammers estás de enhorabuena. Un reingreso nostálgico con una franquicia que nadie habría imaginado que veríamos en 2022, es cierto. Un modo arcade en el que batir a diez rivales, ver un final y arreando. Por el cariño que siento por la saga como uno de mis juegos de infancia, me atrevo a pedirle algo más que lo recibido. Aunque tampoco se puede ser injustos: es funcional y cumple su cometido. Depende de tu estándar de exigencia saber si Windjammers 2 es o no para ti.
Sin grandes hazañas en lo sonoro y visual, sus desarrolladores se las han ingeniado para reproducir algunas de las míticas invocaciones de tiros especiales de los principales protagonistas, con la reintroducción de nuevas revisiones de las melodías míticas y unas nuevas composiciones funcionales y congruentes con el producto. Que gráficamente no tome riesgos es, a la vez, su mayor virtud y pega. Supura tanto neo retro visualmente que podría salir en el diccionario si buscásemos el apartado artístico estándar de la nueva ola de resurrecciones inesperadas de franquicias de los 80 y los 90. Eso sí, el respeto por los diseños originales de los protagonistas y las arenas es incuestionable.
Es simple en sus formas y aunque podría haber sido una secuela óptima para 1994 de Windjammers, no lo es tanto en 2022De hecho, es en los nuevos estadios donde toma las decisiones más atrevidas Windjammers 2. Las hay muy interesantes en lo visual y las hay que toman decisiones con las sombras que complican la visibilidad de la propia partida, pero nada preocupante. Digno de halago es la apuesta por el rollback netcode, que garantizará la mejor conexión en línea para disfrutar de las partidas de disco con los jugadores de todo el mundo. Es evidente que sus creadores han tenido buenas intenciones con el regreso soñado de una franquicia olvidada por más de medio mundo, pero también pienso que los amantes del videojuego clásico en general debemos ser algo más ambiciosos que paseadores de burda nostalgia.
Darse golpecitos en el pecho por haber jugado a Windjammers en una recreativa costrosa de una playa del Mediterráneo en 1993 es un placer innegociable para algunos carcamales de nuestro ocio, pero eso no quitará que el software que nos ocupa en 2022 podría haber sido algo más que una mera continuación que no parece haber aprendido nada de los últimos 30 años de industria y aplicarla a su fórmula para estar a la altura del cariño que todos le tenemos. Resulta inevitable pensar que Windjammers 2 podría haber sido mucho más de lo que ha sido en todos los aspectos. Es simple en sus formas y aunque podría haber sido una secuela óptima para 1994, no lo es tanto en 2022.
Windjammers 2 es la secuela que podríamos haber esperado del clásico de Neo Geo en 1994, pero se queda algo corta en 2022. Se han añadido nuevas e interesantes funciones jugables que engradecen el mito del juego de discos de recreativa, pero se echa en falta algo más de ambición en su puesta en escena general. Un arcade de la vieja escuela que podría haber sido más. Apuesta por el roll-back netcode para garantizar la mejor calidad en las partidas en línea. Nostalgia contenida para románticos de tiempos pasados. Funciona, pero debemos ser más exigentes.
Nuevas mecánicas jugables que engrandecen la idea del Windjammers original
Respeto total por los diseños originales de Data East y añadidos coherentes con el clásico
Aunque su puesta en escena es simple y burda: poco más que hacer que el arcade y jugar en línea
Habría sido una óptima secuela en 1994 en arcade, pero se le puede pedir más a casi 30 años de espera
A destacar su decidida apuesta por el roll-back netcode, que garantiza las mejores partidas en línea
Duración: Incalculable
Jugadores: 1-2 (Competitivo: Local)
Idioma: Textos en español y voces en inglés
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